El fútbol nuestro, el de siempre, el de cada día, fue nuevamente manchado por un grupo de esos que dicen llamarse "hinchas". Ese grupo minoritario que sólo busca utilizar de excusa los colores para aparentar vaya a saber uno que cosa o bien para sacar frustraciones personales en la cancha. Por ellos y solo por ellos hoy la pelota dejó de rodar.

Por lo expresado anteriormente, es necesario aclarar que según mi criterio la violencia en las canchas pasa principalmente (no exclusivamente) por un tema de educación. ¿Por qué? Fácil, el apasionado del fútbol va a la cancha a ver el deporte que tanto ama, buscando apoyar a su equipo. En ese contexto y dependiendo de cómo se dé el partido, canta, rie, llora, se alegra y hasta por ahí se le escapa algún insulto al aire, al árbitro o algún jugador.

En este sentido, ese hincha apasionado, sea cual fuese el resultado se va y sigue con su vida sin más. Educación ¿Entendés? Entonces porqué escupir y buscar algo contundente para arrojarselo a un pibe que va a jugar al fútbol o a un árbitro ¿Porqué? Si ese pibe, ama el fútbol igual o más que vos y lo único que hizo es defender los colores de un equipo que no es el tuyo, pero... Acaso, ¿Eso te da derecho para agredirlo? Nuevamente hay que caer en la redundancia. Educación ¿Entendés?

En definitiva es el fútbol, el nuestro y lamentablente el que merecemos. No me olvido para nada de los demás factores que en menor o mayor medida colaboraron para que esto suceda, tal es el caso de nuestra histórica cancha oficial, tan bastardeada, tan criticada y a la vez tan necesaria. Es que la Cancha Pedro Camilo Alem recibe críticas y con razón, pero lamentablemente ¡Es lo que hay!

Muchos se quejan de la falta de gestión por parte de la dirigencia de la liga. Pero es la dirigencia que los clubes eligieron y es importante aclarar que los presidentes votan quienes conforman la dirigencia de la liga y los socios de los clubes eligen presidente. ¿Se entiende?

Entonces, ¿quién tiene la culpa de éste presente? Fácil. Vos, aquel, ellos, en definitiva todos nosotros.

Lo cierto es que éste panorama no es para nada alentador y algo debe cambiar para poder crecer y tener el fútbol que debe ser. Ese de clásicos a cancha llena, con comodidades para la familia, con clubes ordenados y una liga prestigiosa.

Por: MAXIMILIANO CASTRO.