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16 de julio de 2024

La Diócesis riojana cuenta con dos nuevos sacerdotes

“El Espíritu del Señor está sobre mi, porque me ha consagrado por la Unción”, fue el lema y figura que eligieron. Se trata de Juan Manuel Gómez y Diego Olivera.

Juan Manuel Gómez y Diego Olivera son los dos nuevos sacerdotes que se sumaron a la Diócesis de La Rioja luego de la ordenación, que se realizó este lunes, en la ceremonia presidida por el obispo Dante Braida. “El Espíritu del Señor está sobre mi, porque me ha consagrado por la Unción”, fue el Lema y figura que eligieron para la Ordenanción y que marcará sus ministerios. “La Palabra de Dios impulsa nuestra vida y ministerio a lo que el Señor nos envía por esta Unción en el Orden Sagrado como se expresa en la cita de Isaías 61, 1-3: Llevar la Buena Noticia a los pobres y vendar los corazones heridos”, explicaron desde la Diócesis.

Juan Manuel Gómez nació el 14 de enero de 1989 en la ciudad de La Rioja. Creció junto a sus padres Norma del Valle Herrera y Julio César Gómez, y además junto a su tía abuela y madre del corazón Olga Lucía Herrera y sus hermanos Facundo Gómez y Nicolás Herrera.

Recibió su educación inicial en el Jardín de infantes «Rosario Vera Peñaloza», la educación primaria en la Escuela Normal “Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros” y la educación secundaria en el «Colegio Preuniversitario General San Martín».

En el año 2007 ingresó al Seminario Mayor de San Juan de Cuyo donde cursó la formación completa al sacerdocio ministerial. Obtuvo los títulos de Profesor de Filosofía (2010) y de Teología (2014) por la Universidad Católica de Cuyo. Por razones familiares dejó la Formación, se dedicó a la docencia y el 2023 decidió volver para consagrarse a Dios en el sacerdocio.

Contó que “durante este tiempo de servicio y vida compartida en Chilecito he conocido a un pueblo creyente y deseoso de salir al encuentro de los demás y llevar con ellos la Buena Noticia. Me he sentido acompañado y fortalecido en la fe. Estoy disfrutando de compartir mi ministerio en fraternidad con la comunidad sacerdotal de Chilecito. Estoy feliz de poder acompañar el camino de una comunidad naciente en lo que implica la formación de una futura nueva parroquia para la ciudad de Chilecito Como sacerdote espero poder seguir entregando mi vida por Jesús en cada persona que él ponga en mi camino y por esta Iglesia Diocesana”.

Diego Eduardo Olivera nació el 21 de junio de 1988, dos meses después recibió el sacramento del Bautismo. Hijo de María Teresita Barros y Eduardo Jovino Olivera, hermano de María Laura Olivera.

El 24 de mayo del año 2004 recibió el sacramento de la confirmación y comenzó a participar en distintas actividades pastorales: miembro de la Acción Católica Argentina y del grupo Sinaí y fue integrante del equipo coordinador de la Pastoral de Juventud Diocesana y brindó su servicio al altar como monaguillo.

En el año 2014 se licenció en sistemas informáticos en la UNLaR y el mismo año ingresó al seminario nuestra Señora de Guadalupe y San José en la arquidiócesis de San Juan de Cuyo. El 15 de noviembre del año 2021 recibió la Admisión a las Ordenes Sagradas, el 17 de julio del año 2022 el ministerio del Lectorado y el 19 de febrero del 2023 recibió el ministerio del Acolitado y recibió los títulos de profesor de filosofía y profesor en Teología por la Universidad Católica de Cuyo – San Juan

A lo largo de estos años de formación realizó su tarea pastoral en la arquidiócesis de San Juan en las parroquias: Divino Salvador, Santa Teresita y Santísima Trinidad. En nuestra diócesis en las parroquias: Nuestra Señora del Rosario (Ulapes), Inmaculada Concepción (Chepes) desde febrero del año 2023 brinda su servicio pastoral en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús (Chilecito)

El pasado 9 de diciembre de 2023 Juan Manuel y Diego recibieron la ordenación diaconal y recibieronn, en la Misa de las 19.30 hs de la Catedral de La Rioja, la Ordenación Sacerdotal.

Por otra parte, la Pastoral Social Argentina está preocupada por el daño de la Ludopatía. La Iglesia Católica emitió una fuerte declaración sobre el juego online ilegal y el fenómeno de creciente de ludopatía entre niños y adolescentes. En el comunicado firmado por las principales pastorales, los obispos y sacerdotes reclamaron al Gobierno medidas urgentes y presentaron una serie de sugerencias.

“Equipos de la Pastoral Social de todo el país queremos expresar nuestra profunda preocupación por lo que está pasando con las denominadas apuestas online. Coincidimos en que se está naturalizando una conducta muy nociva para todas las personas, para la vida en comunidad y, sobre todo, para adolescentes y niños y sus familias”, difundió la Iglesia Católica la declaración “Apostar no es un Juego”, que firmaron decenas de Pastorales Diocesanas.

“En nuestras ciudades, pueblos y comunidades rurales, vemos que esta adicción se va incrementando. Advertimos que es una realidad que no discrimina ni clase social ni regiones geográficas. Hay muchos motivos que nos llevan a preocuparnos porque estamos viendo el daño social que se está ocasionando. En el contexto socioeconómico que vivimos desde hace décadas, nos preocupa profundamente cómo esta práctica adictiva socava la cultura del trabajo y del esfuerzo, además de lo gravoso que resulta fomentar una conducta que genera adicción”, continuó.

En ese sentido, destacaron que “en nuestras provincias observamos cómo esta actividad crece de manera exponencial entre los más jóvenes que son especialmente vulnerables ante el estímulo del juego. La preocupación de docentes y padres ha trascendido públicamente a través de testimonios en distintos medios de comunicación de todo el país, con casos dramáticos y, algunos de ellos, trágicos”.

“Les pedimos a las autoridades que en cada distrito o jurisdicción regulan las apuestas online y los juegos de azar, que tomen medidas inmediatas -en algunos casos se vienen implementando- para impedir el acceso de menores de edad a los sitios que se han legalizado; que se restrinja todo tipo de publicidad sobre este negocio; que no se otorguen nuevas licencias de juego online; que no se renueven las que están vigentes; y que se denuncien los sitios ilegales para que sean bloqueados de inmediato”, continuó.

Entre las sugerencias, la Iglesia incluyó “bloqueo de sitios de juego en establecimientos educativos; impedimento de medios de pago asociados a cuentas en las que se depositen los pagos de planes y programas sociales; bloqueo de dominios de internet de sitios ilegales; cierre de cuentas bancarias que se han utilizado para realizar apuestas ilegales; aumento de las penas previstas en el Código Penal para quienes permitan el acceso a la actividad de juego de azar a menores; campañas preventivas sobre el consumo problemático del juego; aumento de las restricciones de acceso de menores mediante filtros e identificación biométrica; prohibición de la publicidad”.

“Nos preocupa que se vinculen las apuestas online con el deporte, especialmente con el fútbol. Todos sabemos que en la Patria de los campeones del mundo el fútbol, por ser el deporte más popular, tiene un fuerte arraigo cultural y afectivo en cada rincón del país. Es penoso que desde ámbitos del deporte se promocione algo que va en contra de la salud. Cuando vemos en nuestras provincias los estragos que está causando esta y otras adicciones, surgen algunas preguntas: ¿Adónde nos están conduciendo los que promocionan esto? ¿Qué buscan fomentando algo tan peligroso y dañino para la sociedad? ¿Por qué lo hacen?”, se preguntaron.

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